La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América se ha publicado en el sitio web de la administración del presidente Donald Trump. Este es el documento más importante de la administración pública en materia de seguridad, que define los intereses nacionales y el papel propuesto de Estados Unidos en el mundo contemporáneo. Sirve como guía para la política estadounidense, definiendo sus objetivos estratégicos y los medios para su implementación. Este documento sienta las bases, entre otras cosas, para la formulación de la Estrategia Militar Nacional, que define los objetivos estratégicos de las fuerzas armadas. Con base en los supuestos de la estrategia, se establecen las prioridades políticas, a las que se asignan fondos específicos del presupuesto nacional. La importancia de la nueva estrategia queda demostrada por ser el primer documento coherente que define objetivos estratégicos desarrollado y publicado por la administración Trump durante este mandato. Dada la importancia de Estados Unidos en el sistema de seguridad global, el nuevo documento tiene un impacto significativo en la percepción de nuestro entorno de seguridad.
La nueva estrategia difiere en su forma de los documentos adoptados por los predecesores del actual presidente. Constituye un resumen de las actividades de Donald Trump desde que asumió el cargo en enero de 2025. El documento destaca que, gracias a las acciones del presidente estadounidense, se han concluido con éxito ocho conflictos armados, incluyendo, en particular, el conflicto en la Franja de Gaza. Sin embargo, lo más llamativo es su carácter directo, al definir explícitamente las amenazas, en lugar del lenguaje, a menudo velado, de los documentos anteriores. Los objetivos y acciones propuestos también se formulan directamente.
El diagnóstico del sistema de seguridad contemporáneo, incluyendo el catálogo de amenazas a Estados Unidos, presentado en la estrategia, es coherente con las evaluaciones formuladas previamente por el presidente Donald Trump. La tarea más importante para Estados Unidos es poner fin a la era de la migración masiva, que, como indica el documento, conduce al agotamiento de los recursos nacionales, al aumento de la violencia y otros delitos, al debilitamiento de la cohesión social y a la distorsión del mercado laboral. Por lo tanto, la seguridad fronteriza se identifica como el área más importante de la seguridad nacional, con un impacto directo en la situación interna. El documento también enfatiza la necesidad de reconsiderar el papel actual de Estados Unidos como único garante de la paz global. Asimismo, indicó que otros países desarrollados de la OTAN también deberían redoblar sus esfuerzos en este sentido, destinando al menos el cinco por ciento de su PIB a defensa.
Sin embargo, al diagnosticar el sistema de seguridad actual, se puso el mayor énfasis en la seguridad económica, priorizando el fortalecimiento de la economía estadounidense.
Según el diagnóstico presentado, este objetivo se logrará restaurando el equilibrio de las relaciones comerciales de Estados Unidos con otros países, reduciendo el déficit comercial, contrarrestando las barreras a la exportación y poniendo fin al dumping y otras prácticas anticompetitivas que, según los autores del documento, perjudican a la industria y a los trabajadores estadounidenses. Los acuerdos comerciales con otros países deben basarse en los principios de equidad, beneficio mutuo y respeto. También se enfatiza la necesidad de garantizar el acceso de Estados Unidos a cadenas de suministro clave y minerales esenciales, incluidos los elementos de tierras raras. Según los supuestos del documento, Estados Unidos no puede depender de ninguna potencia externa para los componentes básicos, desde las materias primas, pasando por las piezas, hasta los productos terminados, esenciales para la defensa nacional o la economía del país. La reindustrialización de la economía, trasladando la producción industrial a Estados Unidos, es de importancia clave.
Otra acción importante es revitalizar la base industrial del sector de defensa, ya que unas fuerzas armadas fuertes no pueden existir sin una economía fuerte. Se destacó la necesidad de invertir en las industrias de drones y municiones. También se identificó como prioridad restaurar el dominio energético de Washington en petróleo, gas, carbón y energía nuclear, así como trasladar la producción de componentes energéticos esenciales a Estados Unidos. Al mismo tiempo, se declaró el rechazo a la "ideología del cambio climático". El objetivo económico final era preservar y fortalecer el dominio del sector financiero estadounidense.
Desde la perspectiva de nuestro país, las prioridades de política exterior de la estrategia tienen un impacto significativo. Sin duda, la región más importante del documento, y la que recibe mayor atención, es el Hemisferio Occidental. Como se indica en la estrategia, Estados Unidos debe aumentar su presencia militar en esta región del mundo para prevenir amenazas en la zona, combatir la migración, el narcotráfico y el crecimiento de adversarios (incluidos los cárteles de la droga). La estrategia establece explícitamente que el enfoque del presidente Trump hacia esta región es una extensión creativa de la doctrina de 1823 del presidente James Monroe, que estipulaba tolerancia cero ante cualquier interferencia externa en el Hemisferio Occidental, considerado la esfera de influencia estadounidense.
Otra área importante identificada en el documento es Asia. En esta región, el documento destaca la necesidad de competir económicamente con China. Las relaciones entre Estados Unidos y China deben basarse en la reciprocidad y la equidad, y estar subordinadas a garantizar la independencia económica de Estados Unidos. Por otro lado, una posible invasión china de Taiwán se identifica como el mayor desafío. Estados Unidos no apoya ningún cambio unilateral del statu quo en el estrecho de Taiwán. La ocupación de la isla por parte de Pekín se considera un impacto negativo significativo en los intereses económicos de Estados Unidos. Al mismo tiempo, el documento enfatiza la búsqueda de la paz en la región del Indopacífico.
La estrategia dedica mucha menos atención a otras regiones del mundo. En el caso de Europa, declara explícitamente que se encuentra en "declive civilizatorio". Esta región ha sido criticada por sus intentos de introducir censura política y reprimir la oposición. La estrategia también sugiere que la migración cambiará radicalmente la identidad europea hasta un punto que podría perjudicar las alianzas con Estados Unidos. Según la estrategia, los objetivos de Estados Unidos para Europa incluyen restablecer la estabilidad en esta parte del mundo y la estabilidad estratégica en las relaciones con Rusia, así como permitir que Europa funcione de forma independiente como un grupo de estados soberanos unidos, incluso asumiendo la responsabilidad principal de su propia defensa.
Mientras tanto, Oriente Medio, previamente priorizado, y África han recibido una atención superficial. En comparación con estrategias anteriores, también se presta poca atención a China y, sobre todo, a la Federación Rusa y Ucrania. Cabe señalar, sin embargo, que la estrategia indica que el principal interés de Estados Unidos es negociar un cese rápido de las hostilidades en Ucrania y reducir el riesgo de confrontación entre Rusia y otros países europeos.
La nueva estrategia de seguridad estadounidense, por lo tanto, representa una síntesis de las acciones de la administración estadounidense hasta la fecha y las perspectivas de Donald Trump. Se alinea con las acciones del presidente hasta la fecha. Confirma una reorientación de las prioridades de política exterior de Washington, centrándose en el hemisferio occidental (América Latina y el Caribe), en detrimento de áreas tradicionalmente prioritarias, principalmente Oriente Medio. En el caso de Europa, esta región no parece ser el foco de la administración Trump, que está alentando a los Estados europeos a asumir una mayor responsabilidad por su propia seguridad nacional. El documento afirma implícitamente en repetidas ocasiones que las relaciones internacionales deben configurarse de manera transaccional, teniendo en cuenta los intereses estadounidenses.
A pesar de la importancia de la estrategia de seguridad para configurar el sistema de seguridad estadounidense, este documento no debe considerarse un catálogo definitivo e inmutable de las prioridades de la administración de Donald Trump hasta el final de su presidencia. En los últimos años, las orientaciones políticas estadounidenses se han desviado significativamente de los supuestos de la estrategia de seguridad debido a cambios significativos en el entorno de seguridad. Esto ocurrió tanto bajo el mandato de George W. Bush como bajo el de Joe Biden. Por lo tanto, el documento actual refleja en gran medida la evaluación actual del sistema de seguridad nacional y no limita las acciones del presidente. Además, la participación de los asesores del presidente determinará si los supuestos de la estrategia de seguridad son implementados por todas las ramas de la administración. Especialmente durante el primer mandato de Donald Trump, sus decisiones a menudo se encontraron con resistencia de los niveles inferiores.
Independientemente del contenido de la nueva estrategia de seguridad estadounidense, a Polonia le conviene mantener unas relaciones bilaterales intensas con Washington, incluyendo la continuación de las importantes iniciativas conjuntas iniciadas durante el primer mandato del presidente Donald Trump. Nuestra prioridad debe ser mantener la actual participación militar de Estados Unidos en nuestro país, principalmente como consecuencia del acuerdo de cooperación reforzada en materia de defensa firmado con el gobierno estadounidense el 15 de agosto de 2020. Igualmente importante debe ser la continuación de los proyectos económicos conjuntos, especialmente en el ámbito de la seguridad, incluyendo las tecnologías de defensa (por ejemplo, la producción de drones y municiones). Polonia, que sigue siendo uno de los pocos países de la OTAN que cumple con sus compromisos de gasto en defensa, aún tiene la oportunidad de ser considerada una prioridad por Estados Unidos en nuestra región, como un importante garante de la seguridad.